Agricultura vertical o “vertical farming”: Todo lo que debes saber

Una de las variantes en los modelos de producción en agricultura ecológica que ha tomado un fuerte auge en la sociedad de hoy en día es la denominada “Agricultura Vertical”. Este sistema de producción nace como consecuencia de la necesidad de las urbes y de las sociedades urbanas en adoptar la producción de alimentos sostenibles, de cercanía y con el mayor grado de calidad (libre de pesticidas y lucha química) para su consumo directo por el ciudadano.

Profundizaremos sobre ello en este artículo ahondando en las siguientes cuestiones:

• ¿Qué es la agricultura vertical?
• ¿Es la agricultura vertical el futuro?
• ¿Cómo funciona la agricultura vertical?
• ¿Qué ventajas tienen los cultivos verticales?
• ¿Cuáles son los grandes retos de la agricultura vertical de cara al futuro?
• ¿Qué novedades nos aporta la agricultura vertical?

Los defensores de la agricultura vertical hacen hincapié en dos datos relevantes: que la población mundial no para de crecer (podría llegar a 9.700 millones en 2050) y que las personas siguen concentrándose en las ciudades: según Naciones Unidas ya lo hace el 55% y en 2050 siete de cada diez personas vivirá en una ciudad. 

No obstante, es lógico pensar que este modelo de agricultura no sustituirá a la agricultura tradicional, pero si la complementará.

• En menos espacio se producen más alimentos, lo que incrementa el rendimiento entre 20 y 30 veces más.
• Los cultivos se desarrollan durante todo el año.
• Se produce un menor consumo de agua (normalmente por hidroponía por lo que el agua se reutiliza).
• Al tratarse de un ambiente totalmente controlado, aparecen menos plagas y enfermedades y, por tanto, disminuye el uso de fitosanitarios.
• Se puede cultivar en los núcleos urbanos y, por tanto, se reduce el transporte y las emisiones de CO2.

Algunos estudios indican que, en la actualidad, el elevado coste energético de estas instalaciones (7 días / 24 horas) no compensa la reducción de emisiones lograda en el transporte. 

Es necesario indicar que todavía este tipo de agricultura requiere de una elevada inversión inicial, así como mano de obra significativa, y además no se pueden producir todo tipo de cultivos. Actualmente se centran sobre todo en hortalizas cuyo aprovechamiento es la hoja (lechugas, espinacas…) o plantas aromáticas. Para el resto de los cultivos todavía el coste es muy elevado para ser competitivo. Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Cornell señala que una barra de pan de trigo cultivado con este método costaría 23 dólares.

Como dato curioso, aunque ya se está implementando en países nórdicos como Dinamarca, es interesante ver cómo el cultivo en supermercados se convierte en una realidad. Algunas cadenas ya ofrecen a sus clientes ensaladas cultivadas directamente en sus propios establecimientos. Estas crecen en las estanterías y se pueden llevar a casa listas y frescas. Otra propuesta interesante es la de la empresa Groots para el cultivo en casa, similar a una pequeña jardinera sin tierra, vertical y automatizada.

Los mayores desafíos de la agricultura tradicional tienen que ver con la cadena de suministro y el transporte de productos perecederos. De ahí que la agricultura vertical esté representando una opción con un gran potencial al transformar la cadena de suministro de la granja a la mesa con un artículo que se centra en la logística y la gestión de la cadena de suministro. La agricultura vertical es un método de labranza que permite a los agricultores apilar plantas en bandejas o torres, como si fueran bloques de edificios, lo que permite sembrar una gran cantidad de productos en un espacio reducido, algo que resulta ideal para las áreas urbanas, pero siempre en un medio controlado.

En las zonas donde la tierra escasea o las condiciones climáticas no son favorables para la agricultura al aire libre, esta alternativa es bastante apropiada, y más segura, y con la posibilidad de no aplicar pesticidas o herbicidas, requiere menos agua y menos espacio, y posee ‘circuitos’ de entrega más cortos por la cercanía al potencial cliente y, por tanto, menos contaminantes al reducirse el transporte. Los alimentos frescos pueden obtenerse localmente, en lugar de tener que enviarse y almacenarse antes de su consumo.

Los costes de la energía, la mano de obra, la automatización, el cultivo en contenedores o el desarrollo de la iluminación LED forman parte de los retos de un sector en pleno desarrollo y crecimiento que nos está cambiando la forma de ver la agricultura, con una amplitud de miras desde el punto de vista tecnológico y con la mirada puesta en el futuro.

Está claro que la agricultura del futuro seguirá siendo horizontal… pero también vertical complementándose una a la otra.

Esperamos que nuestro artículo sobre la agricultura vertical te haya resultado de utilidad y te invitamos a visitar “Gloval Green” nuestra sección sostenible donde te proponemos distintas soluciones inmobiliarias buscando minimizar el impacto negativo en el medio ambiente.