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El consumo energético en viviendas
En este nuevo artículo, continuando con nuestra clara apuesta por la sostenibilidad y el medioambiente, nos gustaría compartir con vosotros algunos consejos para utilizar de forma racional la energía en nuestras viviendas.
¿Qué temas abordaremos en este artículo?
Algunos datos sobre consumo energético
Comenzaremos con algunos interesantes datos sobre el consumo energético en el parque inmobiliario residencial de España para ponernos en contexto.
Si nos enmarcamos dentro del parque inmobiliario residencial de España el informe emitido por el IDAE (Consumos del Sector Residencial en España) sobre el consumo energético global en función de las fuentes energéticas, lo divide en:
- un 35,1% en electricidad
- un 24,9% en gas natural
- un 22,1% en los derivados del petróleo
- y un 17,7% en energías renovables
A su vez, el consumo eléctrico se descompone en función de los servicios como:
- Calefacción: 7,4%
- ACS: 7,5 %
- Cocina: 9,3%
- Refrigeración: 2,3%
- Iluminación: 11,7%
- Electrodomésticos: 55,2%
- Standby: 6,6%
El consumo eléctrico medio anual de una vivienda es de 3.487 kWh, aunque existen muchos factores que harán variar este valor medio como el número de personas, la zona climática, el tipo de instalaciones que se utilizan para calefacción y agua caliente sanitaria, nº de electrodomésticos y eficiencia de los mismos, etc.
Partiendo de estas premisas, al realizar una auditoría del consumo eléctrico de nuestra vivienda deberemos analizar y actuar sobre aquellos elementos que más influyen en nuestra factura eléctrica.
Hay que tener en cuenta que no todas las actuaciones propuestas requieren una inversión, en muchas ocasiones un cambio en los comportamientos de los usuarios y nuevas normas de uso permiten obtener ahorros energéticos considerables o importantes mejoras en el confort.
Consejos para utilizar de forma racional la energía en nuestras viviendas
Envolvente:
La mejora del aislamiento térmico o renovación de ventanas permite reducir el consumo energético en nuestro hogar (al disminuir las perdidas) permitiendo ahorros en torno al 30 – 40%.
Calefacción:
El sistema de calefacción es uno de los factores más importantes para conseguir un edificio térmicamente confortable. Podemos ahorrar energía fijando la temperatura a 19º C (subir un grado de temperatura supone un aumento en el consumo de energía del 7%).
En caso de que se vaya a realizar una rehabilitación integral del edificio, se puede plantear una reforma de esta instalación, teniendo en cuenta que los sistemas centralizados permiten una mayor eficiencia de las instalaciones. Este tipo de soluciones permite reducir tanto el coste de inversión (instalación), como el de mantenimiento, al disminuir el número de elementos.
Refrigeración:
Existen diferentes sistemas que permiten mantener el confort de nuestra vivienda durante el verano siendo lo más conveniente utilizar aparatos de clase A o superior. En cuanto al modo de funcionamiento, podemos utilizar toldos o cerrar persianas para disminuir el calor que entra en la vivienda o fijar la temperatura a 27º C (bajar un grado la temperatura supone un aumento en el consumo de energía del 8%)
Agua caliente sanitaria:
Es el segundo foco de consumo de energía en el hogar (después de la calefacción). Existen dos tipos de sistemas de producción: instantáneo y los de acumulación. Los sistemas de acumulación son más eficientes porque evitan el encendido y apagado continuo del calentador o caldera y permiten una potencia inferior en la caldera a instalar.
Energía solar térmica:
En caso de que se vaya a realizar una reforma integral del edificio, al realizar la auditoría energética analizaremos la posibilidad de instalar energía solar térmica para la producción de agua caliente sanitaria. Los sistemas solares se diseñan para cubrir el 60% o 70% de la demanda de agua caliente sanitaria y el resto de la demanda se aporta por los sistemas convencionales existentes. Existen varios sistemas de producción de apoyo y acumulación, siendo el más eficiente en el que ambos elementos son centralizados.
Este tipo de instalaciones permiten un ahorro del 60% o 70% del consumo de energía, siendo los costes de operación y mantenimiento muy bajos. La inversión inicial se amortiza en un periodo de 10 años si la energía sustituida es gas o de 5 años en caso de que la energía inicial fuese la electricidad.
Electrodomésticos:
Los electrodomésticos representan, en la mayoría de los casos, el mayor consumo de la electricidad de nuestras viviendas, por lo que se recomienda invertir en equipos con una etiqueta energética A o superior, ya que su consumo puede llegar a ser 3 veces inferior a uno de clase D.
Iluminación:
La iluminación representa casi un 12% de la energía que consumimos en nuestro hogar. Algunas de las medidas que nos ayudarán a ahorrar pueden ser sectorizar los espacios y utilizar lámparas de bajo consumo o tipo LED.
Si estas interesad@ en la eficiencia energética seguro que también te resulta interesante este artículo en el que charlamos sobre la eficiencia energética en hogares con domótica
¿Qué es una auditoría energética eléctrica?
Una auditoría energética eléctrica consiste en el análisis del consumo de electricidad de la vivienda, edificio o instalación objeto del estudio para poder realizar las mejores propuestas con el fin de disminuir el consumo sin que perjudique el confort de los usuarios.
Tal y como hemos hablado en anteriores artículos de nuestro blog, el objetivo final de cualquier auditoría energética es conseguir entender la eficiencia energética de un edificio o instalación, estudiándolos de forma transversal para lograr un conocimiento de los flujos de energía, confort y sostenibilidad.
Si estás interesado en realizar una auditoría energética desde Gloval te podemos ayudar, disponemos de un servicio de Asesoramiento Energético que realizará el informe adaptándose a tus expectativas, analizando las diferentes propuestas de forma que se consiga la mayor eficiencia energética y el menor coste de inversión.
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