Explotaciones Ganaderas. ¿Qué tipos hay y como se valoran?

El sector ganadero juega un papel fundamental en la economía española, siendo un pilar clave dentro del panorama agroalimentario nacional. La valoración de estos activos por profesionales expertos es esencial. Analicemos en detalle su impacto y evolución en el contexto actual abordando las siguientes cuestiones:

• Importancia del sector ganadero en la economía española
• Principales explotaciones ganaderas intensivas en España
• Valoración de las explotaciones ganaderas

Según los últimos estudios disponibles, que hacen referencia a año 2022, España se mantiene como la cuarta economía agroalimentaria de la Unión Europea, aportando el 11,9 % del VAB comunitario del sector. En el año 2020 la agricultura y la ganadería representaron el 26,4% del Valor Añadido Bruto del Sistema Agroalimentario, un 2,8% del VAB del total de la economía española.

Ahora bien, dentro del sector ganadero, hay diferencias importantes entre los diferentes sub-sectores.

Sin duda, el que más destaca es el sector porcino. España ocupa la primera posición de la UE y la tercera posición mundial, tan solo por detrás de China y Estados Unidos, en número de cabezas de porcino sacrificadas, según datos de 2022. Este sector ha alcanzado un crecimiento extraordinario a nivel de producción en los últimos cinco años, si bien el número de granjas ha descendido, aunque la reducción ha sido a costa del cierre de las explotaciones de pequeño tamaño. Las regiones con mayor concentración de ganado porcino son Aragón y Catalunya, siendo la comunidad aragonesa la que ha experimentado un crecimiento más espectacular en los últimos años.

El segundo lugar en valor económico lo ocupa el sector del bovino de carne, siendo España el tercer país en importancia dentro del ámbito de la UE, por detrás de Francia y Alemania. Dentro del bovino de carne existen dos tipos básicos de explotaciones: las que se dedican a la producción de cría de vacas nodrizas y las que se orientan al engorde de terneros, observándose el crecimiento de las explotaciones de producción ecológica. Aunque la demanda del mercado interno de carne de bovino se ha ido reduciendo en los últimos años, se ha compensado con las exportaciones, que han ido creciendo.

El sector vacuno lechero español es, dentro de las producciones ganaderas, el tercero en importancia económica. En los últimos años se está produciendo un reajuste del sector, con una marcada tendencia a concentrar la producción en un número menor de explotaciones, pero de mayor tamaño, tecnificadas e intensivas. En los últimos 20 años se ha producido también una reducción del número de cabezas total, aunque la producción lechera total ha aumentado, lo que se traduce en una clara mejora del rendimiento productivo de las vacas de ordeño. Galicia sigue siendo la comunidad con más número de animales (alrededor del 40% del total).

En cuanto al sector avícola de carne, España es el segundo productor europeo de carne de ave, por detrás de Polonia. Dentro de la producción avícola se incluye la de pollo, la de pavo y otras (palomas, codornices y faisanes). El número de explotaciones ha ido creciendo en los últimos años, y en especial las de pavos, que se han incrementado en un 48% en 10 años.

El sector avícola de puesta ocupa el tercer lugar en importancia a nivel europeo. Este sector ha experimentado una auténtica reconversión en los últimos años, coexistiendo dos modelos de producción: el de explotaciones industriales de gran dimensión que alojan las gallinas en batería, en recesión, y el de explotaciones de carácter alternativo (sistemas en suelo, gallinas camperas y producción ecológica).

En cuanto al sector ovino y caprino, considerando el conjunto del subsector cárnico y el lácteo, representa en España alrededor del 10% de la Producción Final Ganadera. A destacar que el sector ovino español ocupa el primer lugar en importancia de la Unión Europea, y el caprino el segundo. Resulta relevante que en gran parte se trata de explotaciones extensivas, que contribuyen al equilibrio territorial, a la conservación del entorno y a la generación de empleo en zonas rurales.

En cualquier caso, el sector ganadero se enfrenta a constantes cambios, a veces producidos por la coyuntura del mercado, las variaciones en los mercados internacionales, o los cambios de hábitos alimentarios, y otros por las modificaciones de las normativas sanitarias y las del propio sector ganadero. Ello exige al empresario ganadero una gran capacidad de adaptación a los cambios, que a veces implica la actualización, la ampliación o incluso la reorientación de la explotación.

La valoración de las explotaciones ganaderas contempla de un lado la valoración del inmueble propiamente dicho (los terrenos y las edificaciones e instalaciones) y de otro su potencial como actividad económica generadora de rentas.

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