La calificación energética en inmuebles; viviendas y edificios

Como comentábamos en nuestro anterior artículo sobre la etiqueta energética, la calificación energética se aplica a los electrodomésticos y otros productos que consumen energías no renovables, pero en nuestro caso nos centraremos en el caso de los inmuebles; viviendas y edificios.

¿De qué hablaremos en este artículo?

• La calificación energética en el mercado inmobiliario
• Calificación Energética de Edificios
• Puntos clave para calificar energéticamente un edificio
• Calificación energética de vivienda nueva

El mercado inmobiliario es todo aquello que incluye transacciones comerciales (venta, compra y alquiler) que giran en torno a bienes inmuebles: casas, pisos, edificios, locales comerciales, terrenos, etc., ya sea entre propietarios vendedores y compradores o vía un intermediario.

La construcción de viviendas sostenibles se ha convertido en el nuevo reto del Real Estate. La edificación de inmuebles es la responsable de más de la mitad de la contaminación que existe en las ciudades. Por lo que no es de extrañar que, observando la situación actual, la calificación media de las viviendas en nuestro país se sitúa en la letra E.

La demanda de viviendas eficientes se ha incrementado en un 30% desde el inicio de la pandemia, según información del portal inmobiliario Fotocasa. Esto ha pasado a ser uno de los principales requisitos que buscan los compradores, no sólo por el respeto hacia el medio ambiente, sino por el ahorro.

Una buena calificación energética contribuye, sin duda, a una mejor posición del inmueble en el mercado inmobiliario. No obstante, te adelantamos que mejorar la eficiencia energética de tu vivienda no implica que el precio de la misma pueda duplicarse, puesto que hay muchos otros factores que determinan el valor de un inmueble en el mercado inmobiliario: antigüedad, ubicación, dimensiones, etc. En este sentido te animamos a conocer 5 ventajas de tener el certificado energético de tu vivienda y vender más rápido.

Con esfuerzo se ha logrado poner en el centro del debate público la importancia de la eficiencia energética, creando una nueva conciencia social. Y la idea en un futuro inmediato es hacer que la forma de consumir la energía sea una característica tan importante como la ubicación del inmueble.

La Calificación Energética de los Edificios es el mecanismo oficial, tanto a nivel nacional como a nivel europeo, para evaluación y comparación de la eficiencia energética e integración de energías renovables en los edificios. Esto permite asignar la correspondiente etiqueta a cada edificio o unidad independiente del mismo.

La calificación se expresa a través de varios indicadores que permiten explicar las razones de un buen o mal comportamiento energético del edificio y proporcionan información útil sobre los aspectos a tener en cuenta a la hora de proponer recomendaciones que mejoren dicho comportamiento.

Estos indicadores se obtendrán de la energía consumida por el edificio para satisfacer, en unas condiciones climáticas determinadas, las necesidades asociadas a unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación.

• Las emisiones anuales de CO
• El consumo anual de energía primaria no renovable

• La demanda energética anual de calefacción.
• La demanda energética anual de refrigeración.
• El consumo anual de energía primaria no renovable desagregada por servicios.
• Las emisiones anuales de CO₂ desagregada por servicios.
• Las emisiones anuales de CO₂ desagregada por consumo eléctrico y por otros combustibles.

Además, se distinguen dos tipos de escala, por un lado, los índices para los edificios de uso residencial privado (vivienda), y por otro los edificios de otros usos.

Entre los puntos clave a la hora de calificar energéticamente un edificio estarían los siguientes:

• Zona climática
• Superficie, forma y orientación de la edificación
• Condiciones de funcionamiento y ocupación.
• Sistemas de refrigeración, calefacción y agua caliente.
• Tipo de luminarias y fuentes de luz natural.
• Fuentes de ventilación.
• Envolvente térmica (paredes, techo y pavimento en contacto con el exterior o con espacios no habitables)
• Huecos en la envolvente, junto con carpinterías y acristalamientos en dichos huecos.

Existen numerosas razones para optar por una vivienda de nueva planta, como la garantía de saber que están sujetas a una normativa actualizada, no solo a nivel técnico, de seguridad o accesibilidad, sino también a nivel energético, siendo más restrictiva con el impacto hacia el medio ambiente.

La escala de calificación energética de una vivienda nueva es la misma que para edificios existentes. La diferencia entre ambos recae en que para la primera se emiten dos certificados de eficiencia energética:

• Primer certificado: se emite en la fase de redacción del proyecto de ejecución de la edificación. Es una estimación de la eficiencia del futuro inmueble, aún no construido.
• Segundo certificado: se emite una vez ejecutada la obra, con el edificio ya construido. Es entonces cuando debe compararse con el primer certificado. Así se demuestra si se cumplen los criterios de eficiencia energética mínimos establecidos por la normativa y estimados en un principio en el proyecto.

En definitiva, la conciencia ecológica está en crecimiento en la sociedad y cada vez son más los medios destinados a reducir el impacto medioambiental. El objetivo principal de las nuevas edificaciones es conseguir un impacto casi nulo.

Previsiblemente, en las próximas décadas, se implante de forma definitiva en la sociedad el uso consciente y eficiente de la energía en los hogares, consiguiendo que las ciudades y la vida en general evolucionen conforme a esta idea, de forma que el planeta comience a tornarse VERDE.

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